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Esta historia: Fortunato Ruiz y la editorial sintitulo

Ricardo Sigala (Guadalajara, 1969, MX, autor de “Periplos” y “Paraíplos”) sobre las “presencias” de Fortunato Ruiz durante la presentación del título en el Ágora del Ex Convento del Carmen, Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, 2023: «En “presencias invisibles” de Fortunato Ruiz Verdugo hay una voluntad de diálogo íntimo, secreto y cómplice con el lector»

Contracubierta de "presencias invisibles" durante presentación del libro en Ágora Ex Convento del Carmen, MEG Jalisco, marzo 2023, del autor Fortunato Ruiz. Fotografía © Luis Linares

“presencias invisibles”, presentación 2023, Ágora del Ex Convento del Carmen, Secretaría de Cultura Jalisco. © Luis Linares

 

En presencias invisibles de Fortunato Ruiz Verdugo hay una voluntad de diálogo íntimo, secreto y cómplice con el lector.”

Ricardo Sigala (Guadalajara, 1969, MX, autor de “Periplos” y “Paraíplos”) sobre las “presencias” de Fortunato Ruiz durante la presentación del título en el Ágora del Ex Convento del Carmen, Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, 2023. «En “presencias invisibles” de Fortunato Ruiz Verdugo hay una voluntad de diálogo íntimo, secreto y cómplice con el lector»

 
 
Fortunato Ruiz y Ricardo Sigala durante presentación del libro "presencias invisibles" en el Ágora Ex Convento del Carmen, MEG Jalisco, marzo 2023, del autor Fortunato Ruiz. Fotografía © Luis Linares

Fortunato Ruiz y Ricardo Sigala durante presentación, Ágora del Ex Convento del Carmen, Secretaría de Cultura Jalisco. © Luis Linares

 

ESTA HISTORIA: PARTE 1

Principios de los años noventa. En la antigua Facultad de Filosofía y Letras había una efervescencia incontenible. Perfiles variadísimos se hacían presentes y convivían con todas sus diferencias: revolucionarios con inquietudes guerrilleras, teóricos de la izquierda que abarcaban desde el socialismo utópico hasta el stalinismo y el trotskismo, indigenistas, hippies, trasnochados, poetas transgresores, folkloristas, representantes del rock urbano, existencialistas, figuras de la contracultura y del movimiento de las Bandas Unidas del Sector Hidalgo (BUSH), feministas y los miembros del GOHL (Grupo orgullo homosexual de liberación) que se comenzaron a ser visibles tras el avance del sida; entre los académicos aparecían representantes del materialismo histórico, filósofos hegelianos, seguidores de Foucault y discípulos de Ortega y Gasset, había estructuralistas, sociocríticos, sociólogos de la literatura, semióticos y quijotistas; en la política estudiantil fegistas y feuistas veían con asombro una tercera opción irreverente, iconoclasta, transgresora y dotada de una ingenioso sentido del humor: la célebre familia Kant. Entre ese coctel misceláneo, asomaba aquí y allá la figura de Fortunato Ruiz Verdugo, mediador de todas las posturas ideológicas, partidario de la convivencia pacífica entre los contrarios, epicentro de grandes ideas, entretenido conversador, líder carismático, voz cantante de causas perdidas y de batallas ganadas, alma de las fiestas, bebedor ejemplar, pero, y sobre todo, Fortunato destacaba por ser un lector agudo, un fabulador excepcional e inigualable narrador oral, y más que nada llamaba la atención su escritura. Fortunato Ruiz era el infaltable ganador de los concursos literarios en aquellos tempranos años noventa. Todos sus cercanos teníamos la ilusión de que entre nosotros, de nuestra generación podría emanar un escritor y ese sólo podía ser Fortunato. Entre los tantos buenos relatos que entonces escribió, tengo muy presente el divertido e ingenioso titulado “García Márquez me gusta con canela”, en el que combina los gustos gastronómicos con el consumo de literatura; o aquella profunda reflexión sobre la identidad, una erudita exposición de la mexicanidad que citaba desde Alfonso Reyes hasta Roger Bartra, pasando por Julio Cortázar, con el ajolote como símbolo de nuestra idiosincrasia, he olvidado su nombre. Pero, Fortunato no se limitaba en aquellos tiempos a la narrativa, mucha gente recuerda un memorable poema que publicó la revista Luvina en los tiempos en que la dirigía César López Cuadras. 

A mediados de los noventa conocimos a Carlos Bustos, acababa de echar a andar Ediciones del Plenilunio, y se interesó en la obra narrativa de Fortunato. Comenzamos a trabajar en su material, de hecho por esos tiempos la editorial publicó a varios de nuestros contemporáneos y cercanos, como a Cecilia Eudave. Pero cuando llegó su turno, vinieron problemas, seguro de índole económica, que llevaron al editor a suspender sus planes. El libro de Fortunato nunca se publicó. 

 

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Fortunato Ruiz y
Ricardo Sigala
Ágora Ex Convento
del Carmen
Guadalajara, MX
2023

Fotografía:
© Luis Linares

 

ESTA HISTORIA: PARTE 2

2009, Zapotlán el Grande, un joven me busca en mi condición de coordinador de Letras Hispánicas, estaba muy interesado en estudiar la carrera pero tenía algunas dudas. No bien había comenzado a hablar aquel joven educado y de impecable porte, vino a mi mente un caudal de recuerdos. Ese muchacho era Alejandro López. Yo había sido su profesor en el Liceo del Valle, y sus recuerdos estaban asociados de manera muy enfática con Fortunato Ruiz. En efecto, algunas divinidades relacionadas con la casualidad nos había llevado a Fortunato y a mí por los mismos derroteros, después de la facultad, nos encontramos en la misma maestría, trabajamos para el Liceo del Valle, y en esos momentos, 2009, Fortu, como le decimos de cariño, era también, y continúa siendo, profesor de la licenciatura en Letras Hispánicas del CUSur en Ciudad Guzmán. Fueron años de remembranzas, de confidencias, de largas conversaciones, de aprendizajes, de caídas, de descensos al Hades y de resurgimientos, fueron años también fundacionales en el ámbito de la joven literatura del sur de Jalisco, pues coinciden con los tiempos en que Hiram Ruvalcaba y Alejandro von Düben que ya comenzaban a hacer ruido, coinciden con el nacimiento de los concursos literarios del CUSur y el esplendor de la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega en nuestro centro. El ciclo pasó como un vendaval, pasaron muchas cosas y con la prisa abrumadora que caracteriza los buenos tiempos, Alejandro López ya había egresado. En esa Odisea, Alejandro conoció a Sarah Medina, y regresó acompañado por ella a Guadalajara. Pero siempre desde las largas e intensas conversaciones en su armoniosa casa en la montaña oriente de Zapotlán, se había llevado una tarea: la conformación de una editorial. Por diversos motivos su paso había sido lento. 

 

ESTA HISTORIA: PARTE 3

Las dos anteriores anécdotas confluyen en este mismo campo de destinos cruzados. Gracias a la aparición del sello editorial sintitulo, no sólo se cumple aquella tarea pendiente que había hecho suya Alejandro López, en complicidad con Sarah Medina, sino que además podemos por fin ver materializado el primer libro de ficción de Fortunato Ruiz Verdugo

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presencias
invisibles
Fortunato
Ruiz
primera
edición,
2020

Fotografía:
© Atala Vertiz

 

ESTA HISTORIA: PARTE 4

Para expresar mi experiencia leyendo Presencias invisibles de Fortunato Ruiz Verdugo, tomaré una frase que aparece en el cuento que abre el volumen: “y abrió sus sentidos a una nueva especie de felicidad”. Puedo traducir mi experiencia lectora como una apertura de los sentidos a una nueva especie de felicidad, una rara felicidad si quieren. Leí con atención, con grandes expectativas, con entusiasmo y con significativas satisfacciones este volumen de cuentos. Siempre he visto en su autor a un lector agradecido, y por lo tanto a un lector atento, y como escritor no olvida esa vocación. Hay en sus textos una voluntad de diálogo íntimo, secreto, cómplice con quien lee. Más allá de las historias, de sus tramas, sus estrategias narrativas, la escritura de este libro es un gesto de camaradería, de vínculo con esa sociedad secreta que constituyen los amantes de la lectura. 

Pero estoy yendo muy deprisa. Es oportuno decir que Presencias invisibles está compuesto de siete cuentos breves, que en su conjunto alcanzan el centenar de páginas. Los textos se instalan en un aparente género realista, y digo aparente porque las presencias invisibles a las que alude el título son parte sustancial del ADN de estas historias. Hay un misterio, un espíritu, una energía o una entidad inaprensible, que se constituyen como motores de las historias, y ese misterio permanece y nunca será develado en su totalidad. 

Una mujer, esposa y ama de casa, lectora de Jean Austen, que es víctima de ataques de  un ensimismamiento que la tornan ausente y complican la vida cotidiana de los que la rodean; un triángulo amoroso inexplicablemente “natural” con consecuencias terribles; una especie de epidemia de padres insomnes que asesinan a sus hijos de manera casual e involuntaria; un indígena que sale de casa huyendo de un algo que lo agobia, como emanado de una orfandad dolorida; una ficción en torno a un venado que ocurre en una realidad entre onírica y mitológica; una chica aficionada al béisbol que se convierte en un remolino que arrastra a un abismo emocional e irracional; una muchacha que dibuja escenas que se convierten en realidad, tales son las anécdotas que rigen cada uno de los cuentos. 

Pero, si bien los planteamientos temático-anecdóticos son en suma atractivos, es en el manejo que de ellos hace el autor en donde se encuentra su mayor virtud. La prosa de Fortunato ejerce una especie de hechizo, quizás sea el fraseo o el fluir dinámico de sus palabras; quizás sea una sabia elección de sus voces narrativas, la profundidad con que indaga en sus personajes o esa habilidad de crear atmósferas tan consistentes que resultan palpables y habitables para el lector. Quizás también el hechizo radique en la sutileza con que plantea, desarrolla y resuelve los misterios. 

Los cuentos de Presencias invisibles de Fortunato Ruiz Verdugo se desarrollan en una geografía imaginaria, Los Natoches, cuya referencia real es La Higuera de los Natoches, ubicada en el municipio de El Fuerte en Sinaloa; pero como toda geografía literaria ésta se construye como una entidad tanto real como imaginaria. Los Natoches es el sitio en que ocurren los hechos cotidianos que nos cuenta el autor, pero también es escenario de misterios que van más allá de la percepción racional de las cosas, incluso hay un par de cuentos en que uno parece asistir a un tiempo más allá de los relojes y del calendario, un tiempo alucinante muy cercano al tiempo mítico. Los Natoches también es un guiño al apelativo con que se le conoce también al autor: Nato. 

Me ha gustado la estructura que muestra esta colección de relatos, la forma en que lo cotidiano se va contaminando de pequeños y discretos enigmas que van creciendo de forma inesperada, me llamó la atención el puente central constituido por los cuentos “El lugar más seguro del mundo” y “La piedra  del venado”, cuya vocación de sabiduría antigua y naturaleza le otorgan un cariz cósmico al libro, para volver a la realidad urbana asociada por una parte a la pasión, y por otra los peligros de la vida diaria. El final del libro, más precisamente el final del último cuento, es un acierto luminoso. 

 
Invitados durante presentación del libro "presencias invisibles" en el Ágora Ex Convento del Carmen, MEG Jalisco, marzo 2023, del autor Fortunato Ruiz. Fotografía © Luis Linares

Ágora del Ex Convento del Carmen, Secretaría de Cultura Jalisco. © Luis Linares

 

ESTA HISTORIA: PARTE 5

Una última nota. Fortunato Ruiz es un tipo especial, carismático y poseedor de una atracción particular, su palabra es su arma más poderosa, pero al mismo tiempo es misterioso, no voy a entrar en pormenores. Me parece de un misterio mayúsculo la decisión que tuvo durante años de guardar silencio, de bajar su perfil de escritor, de soterrar una de sus más grandes cualidades y reservarla sólo para sus cercanos. Él pudo haber publicado en cualquier editorial desde los tiempos de su juventud, pero no quiso. Alejandro López, con su editorial sintitulo, ha entrado en ese misterio y nos ha dado la posibilidad de habitarlo.


Publicación original en La Gaceta del CUSur, por Ricardo Sigala: 30 de septiembre de 2023, Cultura, Año 17, Número 237 </> ricardo.sigala@cusur.udg.mx

 
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"gabinete de relatos: dos libros" por ricardo sigala

El escritor, docente y periodista cultural Ricardo Sigala (Guadalajara, 1969), autor de “Periplos” y “Paraíplos”, con especialidad en literatura del siglo XX, nos habla de “gabinete de relatos” desde la perspectiva: dos libros. Uno es una antología basada en una biblioteca personal, el otro es una guía de lectura para los amantes de la literatura y la docencia.

Still de video en blanco y negro con intervención de trazos rojos. Ricardo Sigala en primer plano con libro en mano y lectura del "gabinete de relatos, vol. 1", con fondo de locación interna. Producción de Araceli Gutiérrez. Video © Ricardo Sigala

“gabinete de relatos: dos libros”, Ricardo Sigala, 2020. Producción por Araceli Gutiérrez. © Ricardo Sigala

 

“El mejor libro es aquel que tiene varias funciones, por una parte el placer de la lectura y por otra parte la posible utilidad escolar.”

El escritor, docente y periodista cultural Ricardo Sigala (1969, Guadalajara, MX) nos presenta el “gabinete de relatos, vol. 1”. El autor de “Periplos” y “Paraíplos”, con especialidad en literatura del siglo XX, nos habla de este título desde la perspectiva: dos libros. Uno es una antología basada en una biblioteca personal, el otro es una guía de lectura para los amantes de la literatura y la docencia.

 

Se presenta la transcripción de la video-reseña para su lectura.
 

RS:

Hoy quiero hablarles de “gabinetes de relatos”, un libro hecho por Fortunato Ruiz Verdugo, que ha publicado recientemente la editorial tapatía sintitulo una muy joven editorial liderada por Alejandro Lom.

 

RS:

“gabinete de relatos” es esencialmente dos libros. El primero es el libro que está constituido por los gustos, las preferencias lectoras del autor. Como decía, es una antología y toda antología es una especie de biblioteca personal. En este caso nos encontramos con una serie de cuentos que hacen un repaso de la literatura universal, pasando desde la literatura antigua como Gilgamesh, como los cuentos de “Las mil y una noches”, pasando por la edad media, la antigua cultura china, hasta el siglo XIX y siglo XX.

 

RS:

Dominantemente tenemos cuentos de la cultura inglesa. Recuerdo a Dickens, recuerdo a Chesterton, Saki, entre otros… pero también vamos a encontrar algunos textos de la cultura francesa como Marcel Schwob o de Julio Verne. Por supuesto no podría faltar Chéjov en esta antología de cuentos.

 

RS:

El libro, decía, es dos libros. Por otra parte se trata también de una guía de lecturas porque está concebido también, aparte para los lectores amantes de la literatura, para la docencia. Al final de cada cuento nos encontramos con una serie de actividades que en su momento los profesores podrían utilizar.

RS:

 

El mejor libro es aquel que tiene varias funciones, por una parte el placer de la lectura y por otra parte la posible utilidad escolar. Recomendamos “gabinete de relatos” de Fortunato Ruiz Verdugo, de la editorial sintitulo

 
 

“gabinete de relatos: dos libros”, Ricardo Sigala, 2020. Producción por Araceli Gutiérrez. Video © Ricardo Sigala

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ensayo alejandro lom ensayo alejandro lom

“there and gangster again: jack gunner bilbo, gánster del arte

Hugo Cyrill Kulp Baruch "Jack Bilbo" (Alemania, 1907–1967) es un mítico personaje que raya entre la ficción y la realidad: artista autodidacta, aventurero, autor, galerista, humanista y legendario bohemio. Pistolero de Al Capone, exiliado, figura política y artística.

Exhibición retrospectiva de Jack Bilbo, "Jack Bilbo" en David Zwirner Londres, 2014. Montaje en muros con pinturas y dibujos del artista, al centro montaje en mesas y capelo de libro y dibujos. © David Zwirner

“Jack Bilbo”, 2014, David Zwirner Londres y The Estate of Jack Bilbo and England & Co. © David Zwirner

 
 

¿Cuántos pueden decir ser hijo de exiliados judíos durante el periodo de la Alemania pre-Nazi; crecer en la Nueva York de la década de 1920-1930; haber operado dentro de la organización de Al Capone, convertirse en su guardaespaldas, ganarse la mote de Jack “Gunner” Bilbo; sobrevivir, regresar a Europa, haber escrito y publicado un libro sobre este episodio; recibir una propuesta para ayudar en el asesinato del presidente de la República francesa Paul Doumer; ser perseguido por la policía berlinesa y parisina; abrir un bar en Mallorca convertido en un refugio de exiliados y antifascistas; vivir en Barcelona para construir una casa con el título de Fort-Bill, abrir un nuevo bar (igualmente lugar para forajidos, espías y exiliados); tras un intento de suicidio, decidir ser artista; comenzar a dibujar, convertirse en artista; fundar una “universidad”; pertenecer al ejército británico, ser dado de baja por catalogación de “inútil”; establecer una galería de arte en el Londres bombardeado, promover y vender arte durante los años de la Segunda Guerra Mundial; exponer y mostrarse junto a los grandes como Van Gogh-Picasso-Reonir-Coubert-Modigliani; tener como orador a Kurt Shwitters, tener la enemistad del Partido Nazi, tener la enemistad del comunismo, tener la enemistad de Estados Unidos post-Segunda Guerra Mundial, ser un exiliado, un olvidado y un apreciado amigo […] morir?

Hugo Cyrill Kulp Baruch (Alemania, 1907–1967) es un mítico personaje que juega entre la ficción y la realidad: artista autodidacta, aventurero, autor, galerista, humanista y legendario bohemio. De familia judía, su padre alemán y su madre británica, nació en el Berlín de 1907, para luego emigrar a los Estados Unidos de Norteamérica, con dieciséis años cumplidos. Esta parte de la historia culmina con el título sobre su vida como pistolero para Al Capone: Carrying a gun for Al Capone. The intimate experiences of a gangster in the bodyguard off Al Capone (1932), publicado en Londres; del cual estudiosos, como Patterson Smith, se preguntan por qué John Kobler, que escribió la biografía definitiva de Capone con el título Capone: The Life and World of Al Capone (Putnam’s, 1971), omite mencionar completamente esta valiosa fuente… y a nuestro personaje. De lo anterior, Smith afirma que el libro es un completo fraude, desde el principio hasta el final, quizá Bilbo habría hecho lo mismo.

Bilbo afirmó haber “cargado un arma para Al Capone”, y su amigo Kurt Schwitters fue quien bautizó a Bilbo con la mote de “el gánster del arte”. Al regresar a Alemania, a principios de la década de 1930, tuvo que huir de nuevo, ¿porqué huir de Alemania una vez más?, por hacer campaña en contra de los nazis y del fascismo.

 
Fotografías en blanco y negro de Jack Bilbo con abrigo para invierno, sobrero de copa y pistola en mano, al estilo sicario durante su periodo con Al Capone, en Chicago, 1920´s.

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Jack Bilbo
en Nueva
York

 
Fotografía en blanco y negro de barra, facha y promocional del bar "S.O.S", punto de encuentro de Jack Bilbo para personalidades alternativas.

Sobrevivida esta experiencia viajó por Holanda, París y Montecarlo, para así llegar al episodio del intento de asesinato del presidente de la República Francesa, Paul Doumer; propuesta que llegó por parte de un colega escritor ruso, Paul Gourguloff. Finalmente, Bilbo y su editor en Berlín recibieron una carta de Gourguloff orquestando el acto, a lo cual ambos la presentaron a la policía de Berlín, y ésta misma con la de París. El 6 de mayo de 1932 Gourguloff asesinó al presidente Doumer y Bilbo fue “perseguido” por las autoridades.

Librado de la presión francesa, salió de París para llegar a Mallorca, donde se instaló en un pueblo habitado mayormente por extranjeros. Ahora, con la falta de una actividad, en 1932 decidió abrir un bar, el Wikiki, que terminó por convertirse en un refugio para exiliados y antifacistas. Poco más tarde, en 1933, Bilbo vendió todo y se mudó a Barcelona para fundar el mítico Fort-Bill. Estableció un nuevo bar en el poblado de Sitges, el “S.O.S. bar”, el cual se convirtió —del mismo modo que el Wikiki— en un punto de encuentro para la fauna de intelectuales, deportistas, filósofos, escritores, espías británicos y de la Gestapo. Tuvo una hija, “Chumpetz”, quien fue la que acogió a su padre tiempo después, y con la que acabaría sus últimos días en su casa suicidándose.

 

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“I Don’t Like Private Capitalism,
I Don’t Like State Capitalism
— I Do Like My Own Capitalism”,
1948, Jack Bilbo,
David Zwirner Londres,
2014

© David Zwirner

 

Antes de llegar a esa fatídica fecha, hacia el 18 de julio de 1936 la radio anunciaba el alzamiento de una parte del Ejército Español contra el Gobierno de la República, y el 19 de julio anunciaba la revolución (nombrada después como la Guerra Civil Española). Bilbo no dudó ni un momento, cuando más tardaba en accionarse ya se encontraba como facilitador para el exilio de distintos extranjeros, mucho de ellos británicos, para huir (sí, de nuevo huir) de aquella situación. Terminó por subir a su esposa e hija en un acorazado inglés para establecerse en Londres hacia finales de 1936.

En Londres, la sonrisa de la vida era lejana pero irónica para Jack Gunner Bilbo. Entró a esta ciudad con un permiso de residencia temporal, tenía problemas con la policía: era un refugiado alemán con un pasaporte caducado, un apátrida, la policía amenazaba con deportarlo a su patria, lo que significaba la muerte a manos de los nazis. De lo anterior, Bilbo se separó de su mujer e hija, intentó un primer suicidio, falló. Entonces decidió ser artista. Adquirió una tela, dos pinceles, cuatro colores —sus favoritos: rojo, negro, blanco y amarillo— y comenzó a pintar la primer imagen que le pasaba en mente, la mujer, para terminar en su cuadro titulado Muchacha Roja. Sus obras fueron las de un autodidacta, sin estilo definido, expresionista para unos, surrealista para otros, alternativo.

Con dinero prestado contrató una pequeña galería en Arlington para montar una exposición, fue un éxito que incluso tuvo la visita de los jóvenes de la Unión Británica de Fascistas de Oswald Mosley —sí, molestos por un cuadro con el rostro de Hitler.

Jack Bilbo, un patriota sin patria que buscaba apoyar a cada país al era desplazado y exiliado por eso; no obstante, una vez más aplicaba su fórmula. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Bilbo se ofreció voluntariamente a las autoridades británicas para participar, dada su experiencia en Berlín organizando los Comités de Combate y su participación en la guerra civil de España, como facilitador por su conocimiento en logística e idiomas, aunque finalmente fue rechazado por ser extranjero (y Alemán). Hacia 1940 inauguró una exposición en la galería Zwemmer el 30 de abril de dicho año, al mismo tiempo que fue llamado a los tribunales para clasificar su nivel de peligrosidad para la Gran Bretaña. Fue catalogado como “B” (de lealtad incierta, con movimientos restringidos).

 
Pintura "Harem", 1943, de Jack Bilbo donde se muestras mujeres desnudas de frente y posterior, estilo modernista. "Jack Bilbo", David Zwirner Londres, 2014.

“Harem”, 1943, Jack Bilbo, David Zwirner Londres, 2014. © David Zwirner

 

Al haber sido invadida Holanda, y posteriormente Noruega, por Hitler; Gran Bretaña internó a distintas personalidades en la Isla de Man. Esta pequeña isla, localizada en el Mar de Irlanda, funcionó como un campo para refugiados y personas en dudosa situación; se desalojaron las pensiones y hoteles de los Pueblos de Ramsey, Onchan y Puerto Erin, y se preparó para recibir alrededor de 10,000 prisioneros. Los internos fueron despojados de sus familias y cualquier pertenencia por ser considerados “de dudosa lealtad”. Bilbo, después de pasar por diversos campos de internamiento, llegó a la Isla de Man, específicamente al campo de Onchan.

De la Isla de Man y Jack Bilbo se puede mencionar, de entre muchas cosas, lo siguiente: Bilbo, apenas ingresó en en el campo de Onchan, fundó la Universidad Popular para ayudar a los estudiantes a seguir sus cursos, enseñar inglés a los refugiados, apoyó para la creación de una biblioteca, se enseñaron idiomas, se organizaron exposiciones de arte, cabarets, entre otras cosas. Bilbo también organizó una exposición en agosto de 1940 bajo el título Art and Christmas-Car Exhibition que incluía otros eventos como Checoslovakian National Festival y Grand Cabaret, el lema de la exposición era: “Los dictadores aterrorizan, los países desaparecen. La humanidad ha olvidado, triunfa el crimen, pero el arte fue, es y siempre será”. También se editaba un periódico titulado The Onchan Pioneer.

En otro de los campos de la Isla de Man, el Campo de Hutchinson (donde estaba internado su amigo Schwitters) que tenía entre 1,500 y 2,000 prisioneros, se hizo célebre por la sorprendente comunidad de intelectuales universitarios, especialmente los provenientes de Oxford y Cambridge, internos en él.

“Nuestro campo en la Isla de Man debió ser una de las mejores universidades de Europa”, comentaba el historiador Klaus Hinrichsen.

 
Fotografía en blanco y negro del Campo de refugiados y personas dudosas Hutchinson, en la Isla de Man (Irlanda), octubre 1940. Enrejado de púas con prisioneros formados. Fotografía © Peter Daniel

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Fotografía de la Isla de Man,
Campo de Hutchinson,
Octubre de 1940

Fotografía: © Peter Daniel

 

El grupo de refugiados e internos intelectuales, pensadores y artistas de distintos niveles y nacionalidades permitió que la Isla de Man se convirtiera en una bella idea distópica sobre la posibilidad del conocimiento. El 20 de octubre de 1940, Schwitters presenta una petición de liberación en la que explica que su arte fue considerado por los nazis como “degenerado” y que sus libros fueron quemados. Para Bilbo, esta idea de “utopía intelectual” culminó cuando la organización judía de refugiados fue al campo de Onchan a reclutar voluntarios para el ejército británico. Bilbo se presentó como voluntario y salió del campo incorporándose al ejército.

Jack Gunner estuvo seis meses en el ejército británico. La mayoría del tiempo lo pasó bajo instrucción, limpieza y gravemente enfermo, además de otros problemas de desobediencia y de naturaleza psiquiátrica. Jack Gunner fue dado de baja por inútil.

Después de ser internado y haber sido de baja del ejército, regresó a Londres. Fundó la Galería de Arte Moderno (The Modern Art Gallery), en 1941, con el siguiente motivo expresado por sus propias palabras: “[…] para dar al artista moderno un espacio libre y una plataforma imparcial” y “crear para la gente un oasis de cordura y construcción en un mundo de valores falsos, creyendo en la necesidad de una lucha intelectual contra el fascismo”. En este espacio mostró obras de Picasso y Schwitters junto a otros artistas conocidos y desconocidos, realizó lecturas nocturnas de poesía dadaísta así como de sus propias historias fantásticas, y también organizó la publicación de distintas piezas entre libros de arte y otras de índole más experimental.

 
Fotografía en blanco y negro de la fachada de la galería, con ventanal y nombre en marquesina.

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La Galería de
Arte Moderno
(The Modern Art Gallery),
Londres,
1941

 

La galería abrió con una exposición de su propia obra en el sótano bautizado como “la cueva”, mote aportado debido al tema de medidas de seguridad frente al Londres bombardeado.

El espacio llegó a exponer obras de Kokoschka, Schwitters, Klee, Modigliani, Degas, entre otros artistas; y, durante ese periodo de un año, tuvo mucho éxito al convertirse en uno de los pocos focos de arte en el Londres de dicho episodio ya que las mayoría de las galerías de arte habían cerrado sus puertas al inicio de la guerra; sin embargo, para Bilbo “el arte no puede morir con la guerra”.

Gunner también publicó libros sobre arte así como referentes a las colecciones de sus propias historias. Sin embargo, a pesar de los avances y aporte a la sociedad, poco tiempo después tuvo problemas (una vez más) con la policía británica: como extranjero no podía dedicarse a este negocio, tuvo que convertir la galería en una sociedad limitada y poner como director a un amigo suyo inglés, John Atkins. Posteriormente cambió la ubicación de la Galería de Arte Moderno a un lugar más céntrico en Londres, a la calle Charles II, cerca de Picadilly Circus.

 
Promocional de inauguración de la exhibición "Painting and Sculpture by Kurt Schwitters (The Founder of Dadaism and Merz)"  en la galería de Jack Bilbo The Modern Art Gallery, Londres, 1944.

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‘Painting and Sculpture
by Kurt Schwitters
(The Founder of Dadaism and “Merz”)’
1944
The Modern Art Gallery
Londres

 

Transcurrieron los años de la guerra hasta que hacia finales de 1944, con una Europa en proceso de “liberación” por parte de Los Aliados, el 4 de diciembre de 1944 se inauguraba en la Modern Art Gallery la exposición Painting and Sculpture by Kurt Schwitters (The Founder of Dadaism and “Merz”), la primera y única exposición individual de Schwitteres (artista alemán, pintor, escultor, poeta y diseñador gráfico, nacido en Hannover) durante su exilio; esta exposición, compuesta por once collages, dieciocho oleos y diez esculturas, incluyó recitales de los poemas de Schwitters y se editó un catálogo prologado por Herbert Read, el crítico más importante de la época en Londres.

Del mencionado prólogo, Herbert Read escribe de Kurt Shwitters lo siguiente:

“Schwitters es un artista completo. No vemos aquí más que sus esculturas y sus cuadros, sus creaciones plásticas. Pero también es poeta y, a la manera de Joyce, se ha dedicado al ritmo vocal abstracto. Sus poemas deben ser escuchados mejor que leídos y, como autor, él es su mejor intérprete (otra vez podemos establecer un paralelismo con Joyce, pues solamente después de haber oído la grabación de su propia lectura de Finnegans Wake se pueden captar claramente sus intenciones). Naturalmente, se puede ser escéptico frente a toda forma de literatura abstracta, y es posible que literatura no sea el término justo para designar un arte de encantamiento abstracto: pero escuchar a Schwitters recitar sus poemas basta para convencerse de que ha inventado una forma de arte realmente nuevo.” (Merz Mail, 2020)

 
Pieza collage de arte correo: “Opened by Customs”, 1937–8, Kurt Schwitters, Tate Britain © 2020

“Opened by Customs”, 1937–8, Kurt Schwitters, 2020 © Tate Britain

 

Después de la guerra, Bilbo se mudó a Weybridge donde creó figuras primitivas gigantes de cemento en el jardín de su casa. Presentados en Pathé News, atrajeron la atención de la prensa y la hostilidad local: después de que Bilbo se mudó a Francia a principios de la década de 1950, los nuevos propietarios de su bungalow destruyeron las esculturas con dinamita.

Bilbo regresó finalmente a Berlín, donde abrió un bar y una tienda-galería de curiosidades, en 1956. En 1963 publicó Rebell aus Leidenschaft, firmado por KÄPT’N BILBO, y en 1966 abrió en Berlín, en la calle Kurfürstendamm, el bar “Käpt´n Bilbos Hafenspelunke” (una traducción cercana al español es “el Puerto del Capitán Bilbo”). Murió en diciembre de 1967.

El legado artístico de Bilbo sobrevive en su hija Merry y su nieto, el artista Ben Woodeson (Inglaterra-Escocia).

 
Imagen de la exhibición "Obstacle", 2015, de Ben Woodeson (nieto de Jack Bilbo). Muros blancos con esculturas-instalaciones de vidrio templado suspendido por sí mismo y neones en el suelo formando figuras abstractas, color rojo.

“Obstacle”, 2015, Ben Woodeson, Berloni Gallery, Londres. © Berloni Gallery

 


Muchos de los dibujos de Bilbo reflejan la perspectiva socialista y las opiniones anticapitalistas que compartió con otros artistas alemanes como George Grosz y John Heartfield. Los dibujos satíricos de Bilbo con sus subtítulos irónicos transmiten sus ideas políticas profundamente sentidas: asumió el papel de un extraño en su vida y trabajo, y fue un crítico social apasionado e irreverente.

Algunos dibujos muestran sus fantasías extrañas, a veces sexuales y a menudo violentas: surgieron de garabatos e improvisaciones que reflejan sus obsesiones.

Aunque visualmente sofisticado, Bilbo era un artista autodidacta y su trabajo tiene una afinidad con la de otros artistas autodidactas como Art Brut o Outsider (James Castle).

 

“Jack Bilbo”, 2014, David Zwirner Londres y The Estate of Jack Bilbo and England & Co. © David Zwirner

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“your rainbow panorama”

El círculo de “Your rainbow panorama” (2012), pieza arquitectónica del artista danés Olafur Eliasson, complementa la plaza del museo sobre el cual esta edificado y reconstruye la panorámica de una ciudad mítica y antigua.

Vista de la instalación de "Your rainbow panorama" sobre el ARoS Museo. Cristales transparentes con colores morados, rojos, naranjas y amarillos, con espectadores dentro del pasillo circular. Fotografía: © Thilo Frank / Studio Olafur Eliasson

“Your rainbow panorama”, 2006–2011. ARoS Aarhus Kunstmuseum, Dinamarca, 2011. Fotografía: © Thilo Frank / Studio Olafur Eliasson

 

Una estructura circular se erige sobre la ciudad. Un puerto vikingo crece entre su conocimiento marinero, industrial y cultural. Una figura geométrica es construida en color, los colores que pueden verse en un día, una estación, un año. Como un faro, el círculo policromático se posiciona sobre esta comunidad de marineros y exploradores. “Your rainbow panorama” (2012), pieza arquitectónica del artista danés Olafur Eliasson, complementa la plaza del museo sobre la cual está edificada y reconstruye la panorámica de una ciudad tanto mítica como antigua.

 
Vista de la instalación de "Your rainbow panorama" sobre el ARoS Museo. Cristales transparentes con colores rosados, rojos, naranjas y amarillos, en pasillo circular. Fotografía: © Thilo Frank / Studio Olafur Eliasson

ARoS Aarhus Kunstmuseum, Dinamarca, 2011. Fotografía: © Thilo Frank / Studio Olafur Eliasson

Aarhaus, Dinamarca, Jutlandia

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Ciudad portuaria
de Aarhaus, Dinamarca.
Aarhus es una ciudad
danesa situada en la
costa oriental de la
península de Jutlandia.

Fotografía: © Petri and Betz

 

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»En 2007, Eliasson y su estudio ganaron un concurso de arquitectura con una propuesta para transformar la azotea del Museo de Arte ARoS Aarhus, en Dinamarca, construido por los la firma de arquitectura schmidt hammer lassen. Instalado en 2011, “Your Rainbow Panorama” ofrece a los visitantes una vista panorámica tanto de la ciudad como de el cielo y el horizonte. La pasarela elevada de 360 grados, con su panorama multicolor, tiene 150 metros de diámetro y está cubierto con cristales de los colores del arco iris. Visible desde lejos, la obra divide Aarhus en varias zonas de color y actúa como un faro para las personas que se mueven por la ciudad, un efecto que se intensifica por la noche ya que las luces que recorren la circunferencia de la pasarela iluminan este “faro” desde dentro.

—Studio Olafur Eliasson, 2011.

Fotografía: © Lars Aarø

 

El círculo de Olafur Eliasson dialoga sobre las dimensiones, el movimiento y el paso del tiempo. Es un compás de espacio que divide la ciudad y sus horas. El espectro de colores entona al usuario y lo transforma en un resonador, presentando así la capacidad del ser humano para moldear el color natural a su gusto, la capacidad de los dioses; mientras que a la par, hace alusión a pintores modernistas. Es una muestra del amor sobre lo que los colores dicen y hacen.

 

Your rainbow panorama se puede pensar como una máquina de expectaciones, puede mirar la ciudad como si se mirase a través de un vidrio que se suspende entre la urbe y el cielo. Este mirador insistirá sobre el compromiso sensorial al provocar sentir la vista y reconstruir el panorama. Una máquina de visión en la cual el color siempre intensifica la realidad.

 

“Your rainbow panorama”, 2006–2011. ARoS Aarhus Kunstmuseum, Dinamarca, 2011. Fotografía: © Ole Hein Pedersen

 

“Your rainbow panorama”, ARoS Aarhus Kunstmuseum, Dinamarca. Video © Studio Olafur Eliasson

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arte social “little sun”

El artista contemporáneo Olafur Eliasson (Dinamarca, 1967) —conocido por su elegante simplicidad, poco uso de materiales y trabajo directo con el tema de la luz—, y su amigo ingeniero Frederik Ottesen, han desarrollado el proyecto Little Sun, descrito como “una luz y cargador de teléfono solar de alto rendimiento”.

“The Weather Project”, 2003, instalación en el Turbie Hall que asemeja un sol dentro del bodegón, "construido" a partir del uso de luz. Tate Modern, Londres. Fotografía: © Estudio Olafur Eliasson

“The Weather Project”, 2003, instalación en el Turbie Hall, Tate Modern, Londres. Fotografía: © Estudio Olafur Eliasson

 

“El arte se refiere no sólo a decorar el mundo y hacer que se vea mejor (o posiblemente peor, si me preguntan). También se refiere, obviamente, a tomar responsabilidad.”
—Olafur Eliasson, TED Talk, 2009.

La palabra evolución engloba la idea de un cambio o transformación gradual de algo. El desarrollo sostenible, concepto iniciado a finales del siglo XX, hace énfasis en un cambio sobre la conciliación (o reconciliación) entre el bienestar económico, los recursos naturales y la sociedad, para asegurar la prosperidad del planeta y de sus habitantes. Es posible dividirlo en tres partes: ecológico, económico y social; si imaginamos estas tres palabras como un esquema de esferas que se unen en tripartita por uno de sus lados, el resultado de esta unión es “lo sostenible”. Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el número siete habla sobre “garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos”. Es de esta premisa que se puede formular la siguiente pregunta: ¿es el arte una vía que cumple con los principios de desarrollo sostenible para garantizar el acceso a la energía sustentable?

El artista contemporáneo Olafur Eliasson (Dinamarca, 1967) —conocido por su elegante simplicidad, poco uso de materiales y trabajo directo con el tema de la luz—, y su amigo ingeniero Frederik Ottesen, han desarrollado el proyecto Little Sun, descrito como “una luz y cargador de teléfono solar de alto rendimiento”. La idea tuvo su inicio en el trabajo artístico de Olafur para el Tate Modern, Londres, en 2003, The weather project. Al exponer un “sol” artificial dentro de las instalaciones del Turbine Hall, encontró que la producción artística tenía los mismos principios técnicos para desarrollar una lámpara de luz solar, portátil, y asequible al público en general. El resultado es un proyecto en crecimiento que oferta no sólo lámparas sino ahora también cargadores de energía (principalmente para móviles), cuyo objetivo social es llevar luz y energía para transformar la vida de los 1.1 billones de personas sin acceso a las mismas, iniciando en países como Etiopía, Uganda, Kenya, Burundi, Senegal, África del Sur, Zimbabwe, con vía en desarrollo para impulsar comunidades en América Latina.

 

“La luz es para todos — 
determina lo que hacemos
y cómo lo hacemos.”
Olafur Eliasson, artista.

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Niñas
estudiando con
Little Sun en
Uganda,
2013.

Fotografía: © Michael Tsegaye, 2012

 

La estructura social del proyecto se basa en un modelo de distribución recíproca: por cada lámpara vendida en los países con electricidad adecuada (Europa, Estados Unidos y Japón), se suministran dos lámparas a precio mucho menor en las regiones de recursos limitados. A su vez, el artista no sólo ha creado un producto de energía sustentable sino el diseño de una empresa social orgánica que evoluciona con sus involucrados a través de la cual se fortalece la comunidad desde el interior al momento de crear trabajo y generación de ganancias para sus socios regionales y jóvenes emprendedores africanos.

Por lo tanto, el arte sí es una vía para el desarrollo social ya que al funcionar como una extensión de nuestra interconectividad tiene la capacidad de resolver temas urgentes, como es el acceso a la energía, de una forma que no sólo sea comprensible a la mente, sino tangiblemente asequible y logísticamente alcanzable, con capacidad de cambiar el mundo.

“Nuestras acciones tienen consecuencias para el mundo. Little Sun es una cuña que abre la discusión urgente sobre traer la energía sostenible a todos desde la perspectiva del arte para crear conciencia sobre la distribución desigual de la energía hoy en día.”
— Olafur Eliasson, fundador de Little Sun

Jardín de Little Sun en COP18, Doha, 2012. Fotografía: © Penny Wang

Jardín de Little Sun en COP18, Doha, Qatar, 2012. Fotografía: © Penny Wang

<> Artículo publicado originalmente para Mar Adentro de México A. C., en El Informador, el 26 de agosto de 2017.

 

Olafur Eliasson: Jugando con el espacio y la luz. 2009. Video © TED

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los noruegos saben algo: digitalizan sus libros

Entre la digitalización de sus libros y la bodega de preservación Svalbard Global Seed Vault, Noruega se prepara para el futuro.

Bóveda de almacenamiento de semillas en el Polo Norte con fondo de glaciares, Svalbard Global Seed Vault. Fotografía Popular Science, 2017

Svalbard Global Seed Vault, Global Crop Diversity Trust, Popular Science, 2017

 

Entre la digitalización de sus libros y la bodega de preservación Svalbard Global Seed Vault, Noruega se prepara para el futuro.

El futuro es un tiempo que no existe, dicen, no obstante, la realidad sí, y ante los panoramas terrestres, el ser humano tiene poco control (aunque desee creer lo contrario), por lo cual aquellos que se preparen son los que darán continuidad. Los noruegos tienen ya tiempo con el proceso de digitalizar y archivar todo su contenido lingüístico y literario en conjunto con una bóveda localizada en las entrañas del Polo Norte; diseñada para guardar los recuerdos más profundos de la civilización nórdica, y humana, en su mayor capacidad.

Alexis C. Madrigal, en uno de sus artículos publicados en The Atlantic, presenta con una estructura lúdica una visión: “¿qué será de los futuros arqueólogos cerca del siglo XXVII, cuando descubran los ‘restos’ de las civilizaciones antiguas?, ¿los nuevos descendentes nos nombrarán con patronímicos de mitología nórdica?, ¿las capitales mundiales serán designadas como OsloCopenhagen, o quizá Valhalla?”; y partiendo de esto, ¿porqué América no lo hace?

 

La digitalización de la cultura nórdica

En una primer parte tienen el programa de digitalización de libros que inició en el año 2006, del cual, al día de hoy suman más de 250,000 títulos, lo que representa todos los títulos publicados antes del año 2000 en dicho país. El proyecto indica que la Biblioteca Nacional de Noruega se ha propuesto digitalizar todos sus libros para tener un respaldo digital: “toda la cultura nacional —incluida la literatura, la filosofía, la historia o cualquier materia que haya sido tratada en una publicación— estará disponible en formato digital”, con la intención que puedan tener todo hacia mediados de la década de 2020. Esto no sólo para su fácil acceso y distribución (que es la base estructural del proyecto), sino para el futuro.

Uno de los retos principales es el derecho de autor, tan delicado en ciertos contextos, a lo cual, como buen esquema vikingo, encontraron una fórmula simple para solucionarlo: cualquier obra publicada en el siglo XX será de libre acceso, y los títulos no sujetos a un derecho de autor (sin importar su fecha o contexto) tendrá opción para descarga gratuita. Sin embargo, para contar con estos privilegios es necesario disponer de una dirección IP en Noruega, de lo contrario es un acceso limitado.

¿Qué significa esto? Que el trabajo de digitalización dirigido para el acervo no sólo se almacena, sino que se comparte inmediatamente con los interesados en la lectura de los mismos, siempre y cuando tengan acceso.

Si te encuentras en Noruega, con una dirección IP liberada para este servicio, tendrás acceso a obras completas del siglo XX, incluso sobre obras que no tienen derechos libres. Así como también cientos de obras con derechos de autor libres listas para su descarga.

«[…] Cientos de miles de ellos. Cada libro de cada librería. […] Por ley “Cada contenido editorial, en cualquiera que sea su plataforma, deberá ser depositado en la Librería Nacional de Noruega”, así que cuando la librería termina de digitalizar todo el contenido, el registro completo de la lengua y la literatura de este pueblo se encontrará listo para su lectura en máquina, y en espera para lo que será en 15 años de lo que ahora llamamos “la nube”.» (Madrigal, 2013)

<
Digitalización de libros
en la Biblioteca Nacional
de Noruega.

 

La bóveda para el tiempo

La bóveda fría, fundada en el año 2008, se compone de un túnel de doscientos metros dentro de una montaña de hielo en el Ártico noruego, diseñada para durar cientos de años en espera de su re-descubrimiento; capaz de soportar el cambio climático, guerras nucleares, incluso el golpe de un asteroide (o por lo menos así lo exponen). Datos bancarios de todo el mundo, muestras botánicas, y ahora libros digitales, se encuentran almacenados y protegidos para su consulta.

“La bóveda es un compuesto de acero que se adentra en un túnel a una montaña helada en el Ártico noruego, a solo 600 millas del Polo Norte. Está diseñada para durar mil años y para soportar una amplia gama de desastres globales, incluido el cambio climático, la guerra nuclear e incluso un ataque de asteroides. En los últimos cuatro años, la bóveda ha acumulado alrededor de 740,000 muestras de semillas y, eventualmente, puede albergar todas las semillas de cultivos utilizadas por un ser humano” (2012), indica el autor en otro artículo.

La operación de la bóveda es completamente automatizada con energía por carga solar, su seguridad estricta establece que nadie tenga acceso a todos los códigos, y sus puertas se abren pocos días al año para archivar más variedades de productos.

<
El túnel principal
de la bóveda
Svalbard Global
Seed Vault.

 

Este es un programa que va más allá de sólo archivar, este país está desarrollando un acceso para todos aquellos que siglos después continúen en el planeta tierra nos “descubran” y puedan conocer nuestra historia. Esta prevención quizá se relaciona con la forma de vida nórdica —donde sus veranos son cortos y sus inviernos crudos— y ante la experiencia, con más de varias centenas de años de guardar para sobrevivir, esta sociedad ha aprendido a prevenir para no lamentar.

El programa va mas allá de sólo crear disponibilidad hacia la cultura presente; es una preparación para el futuro lejano. Tienen un “archivo botánico” protegido, y pronto tendrán sus libros digitales salvaguardados para lo que deparen los días futuros a la humanidad gracias a estos vikingos del siglo XXI.

Por lo anterior, en América debemos no sólo hablar sobre las maravillas de la tecnología y el uso de la misma, sino trabajar con ésta para cuidar lo que realmente importa: el patrimonio humano y natural. Noruega es un claro ejemplo sobre la utilización y dominio de la tecnología en convivencia con una idónea gestión sustentable de recursos con visión hacia lo que sigue enfrente.

Svalbard Global Seed Vault, The Atlantic.

Fotografía: © Ross Andersen

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el arte nuevo de hacer libros

Un
libro
es
una
secuencia
de
espacios.

Ulises Carrión, “Dear reader. Don’t read. [Querido lector. No lea.]”, 1979, impresión sobre papel, Colección particular, París

“Dear reader. Don’t read. [Querido lector. No lea.]”, 1979, impresión sobre papel, Colección particular, París

 

¿qué es un libro?

Un
libro
es
una
secuencia
de
espacios.

Cada
uno
de
esos
espacios
es
percibido
en
un
momento
diferente:
un libro es también una secuencia de momentos.

Un
libro
no
es
un
estuche
de
palabras,
un saco de palabras,
un soporte de palabras.

—-

Un escritor,
contrariamente a la opinión popular,
no escribe libros.
Un escritor escribe textos.
El que un texto esté contenido en un libro,
se debe únicamente a la dimensión de dicho texto o,
tratándose de varios textos cortos (poemas, por ejemplo), al número de ellos.

—-

Un texto literario
(prosa)
contenido en un libro
ignora el echo de que
éste es una secuencia
espacio-temporal autónoma.

Una serie de textos más o menos cortos
(poemas o no),
distribuidos en un libro
según cierto orden propio,
manifiesta la naturaleza secuencial del libro.

La manifiesta,
acaso la usa.
Pero no la aprovecha, no la incorpora, no la asimila.

—-

El lenguaje escrito es una secuencia ——- de signos !»$%& desplegados en el espacio,
cuya lectura transcurre en el tiempo.

El libro es una secuencia espacio-temporal

—-

Los libros existen originalmente como continente de textos literarios.

Pero los libros, vistos como realidades autónomas, pueden contener cualquier lenguaje (escrito), no solo lenguaje literario, sino cualquier otro sistema de signos.

—-

De entre los lenguajes,
el literario (prosa y poesía)
no es el que mejor se acopla a la naturaleza del libro.

—-

Un libro puede ser el recipiente accidental de un texto
cuya estructura es diferente del libro:
son los libros de las librerías y las bibliotecas.

Un libro puede existir también como una forma autónoma y suficiente en sí misma,
incluyendo acaso un texto que acentúa, que se integra, a esa forma:
aquí empieza el arte nuevo de hacer libros.

—-

En el arte viejo el escritor se creeinocente del libro real. Él
escribe el texto. El resto lo hacen los lacayos, los
artesanos, los obreros,
los otros.

En el arte nuevo la escritura del texto es sólo el primer eslabón en la cadena que va del
escritor al lector. En el arte nuevo el escritor asume la responsabilidad del proceso entero.

—-

En el arte viejo el escritor escribe textos.
En el arte nuevo el escritor hace libros.

—-

Hacer un libro es actualizar su ideal secuencia espacio-temporal por
medio de la creación de una secuencia paralela de signos, lingüísticos o no.



la lectura

Para leer el arte viejo basta conocer el abecedario.

Para leer el arte nuevo es preciso aprehender el libro en tanto que estructura, identificar sus elementos y entender la
función de éstos.

—--

Uno puede leer el arte viejo creyendo entender, y estar equivocado.

Este malentendido es imposible en el arte nuevo. Sólo puede leerse si se
entiende.

—--

En el arte viejo todos los libros se leen de la misma manera.
En el arte nuevo cada libro requiere de una lectura diferente.

—--

En el arte viejo leer la última página lleva tanto tiempo como leer
la primera.

En el arte nuevo el ritmo de lectura cambia,
se apresura,
se precipita.

—--

Para entender y apreciar un libro del arte viejo es necesario leerlo enteramente.

En el arte
nuevo
a menudo
NO
es necesario
leer el libro
entero.
La lectura puede
cesar
en el momento en que se ha
comprendido
la estructura total del
libro.

—--

El arte nuevo hace posible una lectura más rápida que la de los cursos de lectura
rápida.

—--

Hay métodos de lectura rápida
porque los
métodos de escritura
son demasiado
lentos.

—--

Leer un libro es percibir secuencialmente su estructura.

—--

El arte viejo ignora la lectura.
El arte nuevo
crea condiciones
específicas
de lectura.

—--

Lo más lejos a que el arte viejo ha llegado es a pensar en los lectores, lo cual es ir demasiado lejos.

—--

El arte nuevo no discrimina lectores;
no se dirige a los viciosos de la lectura,
ni trata de arrebatarle público a la televisión.

—--

Para poder leer el arte nuevo, y entenderlo, no es necesario haber estudiado
cinco
años
en
la
Facultad de Letras.

—--

Los libros del arte nuevo no necesitan, para ser apreciados, de la complicidad sentimental y/o intelectual
del
lector
en cuestiones de amor, política, psicología, geografía,
etcétera.

—--

El arte
nuevo
apela a la facultad que tienen todos los hombres de entender y crear signos y sistemas de
signos.

—--

--—

Ulises Carrión

Ámsterdam, mayo de 1974

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